Textos ser humano como ser natural y cultural

*Os dejo algunas actividades de Filoteka

https://filoteka.files.wordpress.com/2016/08/bloque-7.pdf

Están en las páginas 5, 7, 8, 14, 16

Algunos los haremos y otros os pueden servir para repasar

+Los textos tomados de ttps://isladevafilosofia.wordpress.com :

TEXTO 1 de F.Ayala:

Existen en la humanidad dos clases de herencia: la biológica y la cul­tural, que pueden ser también llamadas herencia orgánica y heren­cia superorgánica. La herencia biológica es, en el hombre, seme­jante a la de los demás organismos dotados de reproducción sexual y está basada en la transmisión, de padres a hijos y por medio de las células sexuales, de la información genética codificada en el ADN. La herencia cultural, por el contrario, es exclusivamente humana y reside en la transmisión de información mediante un proceso de en­señanza y aprendizaje, que es, en principio, independiente de la herencia biológica. La cultura no sólo se transmite por la instrucción y la enseñanza, sino también por el ejemplo y la imitación, por me­dio de los libros, los periódicos y la radio, la televisión y el cine, a través de los objetos de arte y por cualesquiera otros medios de co­municación.

La herencia cultural hace posible para el hombre lo que ningún otro animal puede llevar a cabo, esto es, la transmisión acumulativa de sus experiencias, de generación en generación. Los animales son ca­paces de aprender por experiencia, pero no de transmitir sus expe­riencias o «descubrimientos» a las generaciones futuras. Los anima­les tienen memoria individual, pero no «memoria» social; por el contrario, los seres humanos han heredado una cultura, precisamen­te debido a su capacidad de transmitir sus experiencias acumulativa­mente, de una a otra generación. […]

La herencia cultural hace posible la evolución cultural; esto es, la evolución del conocimiento, la ética, las estructuras sociales y todos los demás elementos que constituyen la cultura, haciendo posible un nuevo modo de adaptación exclusivo de los seres humanos: la adap­tación por medio de la cultura. […]

Sin embargo, la evolución biológica y la evolución cultural están re­lacionadas mutuamente, como las dos vertientes de una cordillera, que pueden ser muy diferentes en topografía, e incluso en flora y fauna, pero que conducen a las mismas cimas y que no pueden exis­tir la una sin la otra. La cultura sólo puede aparecer si existe una ba­se biológica adecuada y depende enteramente de la naturaleza y propiedades de tal base. Al mismo tiempo, la cultura extiende sobre­manera el poder adaptativo de la naturaleza biológica y constituye, hoy en día, la fuente más importante de los cambios ambientales que propelen la evolución biológica del hombre.

De ahí que, aun cuando la evolución cultural predomina sobre la biológica, ésta continúa aún en la especie humana y tal vez se haya acelerado en épocas recientes, precisamente debido a las nuevas condiciones ambientales creadas por la cultura.

          (Francisco J. Ayala, Origen y evolución del hombre)

 

  1. Establece las diferencias entre los dos tipos de herencia que posee el ser humano.
  2. ¿Cuál es la interdependencia que existe entre la naturaleza y la cultura según el texto?
  3. ¿Cuál es, según Ayala, el atribu­to distintivo de la humanidad y cómo lo justifica?

TEXTO 2 

El hecho de la diversidad cultural se aprecia de forma cruda y descarnada en el Texto 2 que vamos a comentar a continuación. Este texto nos enfrenta al modo de vida de unos seres humanos, los yanomamo, que habitan en las selvas del río Orinoco, en Venezuela.

TEXTO 2:

La vida de los hombres y mujeres yanomamo: En el momento en que un varón yanomamo típico alcanza la madurez, su cuerpo está cubierto de heridas y cicatrices como consecuencia de innumerables peleas, duelos e incursiones militares.  Aunque desprecian mucho a las mujeres,  los hombres yanomamo siempre están peleándose por actos reales o imaginarios de adulterio y por promesas incumplidas de proporcionar esposas. También el cuerpo de las mujeres yanomamo se halla cubierto de cicatrices y magulladuras, la mayor parte de ellas producto de encuentros violentos con seductores, violadores y maridos. Ninguna mujer yanomamo escapa a la tutela brutal de típico  esposo-guerrero  yanomamo,   fácilmente  encolerizable  y aficionado  a  las  drogas.  Todos  los  hombres  yanomamo  abusan físicamente de sus esposas. Los esposos amables sólo las magullan y mutilan; los feroces las hieren y matan.

Un modo favorito de intimidar a la esposa es tirar de los palos de caña que las mujeres llevan a modo de pendiente en los lóbulos de las orejas. Un marido irritado puede tirar con tanta fuerza que el lóbulo se desgarra. Durante el trabajo de campo de Chagnon, un hombre que sospechaba que su mujer había cometido adulterio fue más lejos y le cortó las dos orejas. En una aldea cercana otro marido arrancó un trozo de carne del brazo de su mujer con un machete. Los hombres esperan que sus esposas les sirvan a ellos y a sus huéspedes, y respondan con prontitud y sin protestar a  todas  sus  exigencias.  Si  una mujer no obedece con bastante prontitud, su marido le puede pegar con un leño, asestarle un golpe con un machete, o aplicar una brasa incandescente a su brazo. . . Las mujeres que huyen de sus maridos sólo pueden esperar una protección limitada por parte de sus parientes masculinos. La mayor parte de los  matrimonios  se  contratan  entre  hombres  que  han  acordado intercambiar hermanas. El cuñado de un hombre suele ser su pariente más  próximo  e  importante.  Ambos  pasan  muchas  horas  en  mutua compañía, soplándose mutuamente polvos alucinógenos en las narices, y tendidos  juntos en la misma hamaca.  En un caso relatado por Chagnon, el hermano de una mujer fugitiva se irritó tanto con su hermana por perturbar la relación de camaradería que le dispensaba su marido que la golpeó con un hacha. Chagnon afirma que las mujeres yanomamo esperan ser maltratadas por sus maridos y que miden su estatus como esposas por la frecuencia de las palizas que les propinan sus maridos. Una vez sorprendió a dos mujeres jóvenes discutiendo sobre las cicatrices de su cuero cabelludo.  Una de ellas le decía a la otra cuánto la debía querer su marido puesto que  la  había  golpeado en  la  cabeza  con  tanta  frecuencia.  Al referirse a su propia experiencia, la doctora Shapiro cuenta que su condición sin cicatrices y sin magulladuras suscitaba el interés de las mujeres yanomamo. Afirma que decidieron que «los hombres a los que había estado vinculada no me querían en realidad bastante». Aunque no podemos concluir que las mujeres yanomamo desean que se las  pegue,  podemos  decir  que  lo  esperan.  Encuentran  difícil imaginar un mundo en el que los maridos sean menos brutales.

(M. Harris: Vacas, cerdos, guerras y brujas. Alianza Ed.,Pág.. 83-87)

 

  1. ¿Cómo es el modo de vida de los varones y las mujeres yanomamo?
  2. Explica si las palizas que se propinan a las mujeres yanomamo están institucionalizadas culturalmente (es decir: se consideran “naturales” dentro de esa cultura). Subraya las partes del texto que sirvan de base a tu explicación.
  3. ¿Podemos establecer relaciones entre «institucionalización de conductas» (las prácticas “naturales” de esa cultura) y «valores» (lo que en esa cultura se considera “bueno” o “malo”)? ¿Priman los valores o las conductas?

TEXTO 3

La mejor forma de comenzar el estudio de estas cuestiones es el Texto 3, Ellos nos observan: nosotros somos los “papalagi”. Se trata de una transcripción de las narraciones orales que realizó un rey o gobernante samoano (Samoa es un archipiélago del Pacífico Sur oceánico) tras una visita realizada en el primer tercio del siglo XX a una gran urbe de Occidente, como podría ser Londres o Nueva York.

 

TEXTO 3: Ellos nos observan: nosotros somos los «papalagi»

 

Los Papalagi (los hombres blancos) viven como los crustáceos, en sus casas de hormigón. Viven entre las piedras, del mismo modo que un ciempiés; viven dentro de las grietas de lava. Hay piedras sobre él, alrededor de él y bajo él. Su cabaña parece una canasta de piedra. Una canasta con agujeros y dividida en cubículos.

Sólo por un punto puedes entrar y abandonar estas moradas. Los Papalagi llaman a este punto la entrada cuando se usa para entrar en la casa y la salida cuando se deja, aunque es el mismo y único punto. Atada a este punto hay un ala de madera enorme que uno debe empujar fuertemente para entrar. Pero esto es sólo el principio; muchas alas de madera tienen que ser empujadas antes de encontrar la que verdaderamente da al interior de la choza.

En la mayoría  de estas cabañas vive más gente que en un poblado  entero  de  Samoa. Por  consiguiente  cuando  devuelves  a alguien  la  visita,  debes  saber  el  nombre  exacto  de  la  aiga (familia) que quieres ver, ya que cada aiga tiene su parte propia en la canasta de piedra para vivir… A menudo, un aiga no sabe nada de la otra aiga, aunque sólo estén separadas por una pared de piedra y no por Manono, Apolina o Savaii (tres islas pertenecientes al grupo de Samoa).

Generalmente, apenas conocen los nombres de los otros y cuando se encuentran en el  agujero por el que pasan furtivamente, se saludan con un corto movimiento de la cabeza o gruñen como insectos hostiles, como si estuvieran enfadados por vivir tan cerca.

Cuando un aiga vive en la parte más alta de todo, justo debajo del  tejado de la choza,  el que quiera visitarlos debe escalar muchas ramas que conducen arriba, en círculo o en zigzag, hasta que se llega a un sitio donde el nombre de la aiga está escrito en la pared. Entonces, ve delante de sus ojos una elegante imitación de una glándula pectoral  femenina,  que cuando la aprieta emite un grito que llama a la aiga. La aiga mira por un pequeño atisbadero para ver si es un enemigo el que ha tocado la glándula; en ese caso no abrirá, pero si ve a un amigo, desata el ala de madera y abre de un tirón. Así el invitado puede entrar en la verdadera cabaña a través de la abertura.

La  gente  como  nosotros  se  sofocaría  rápidamente  en canastas como éstas, porque no hay nunca una brisa fresca como en una choza samoana. Los humos de las chozas-cocina tampoco pueden salir. La mayor parte del tiempo el aire que viene de fuera no es mucho mejor. Es difícil entender que la gente sobreviva en estas circunstancias, que no se conviertan por deseo en pájaros, les crezcan las alas y vuelen para buscar el sol y el aire fresco…pero los Papalagi son muy aficionados a sus canastas y ni siquiera sienten lo malas que son.

De vez en cuando los Papalagi dejan sus canastas privadas, como ellos  las llaman,  para ir a una canasta donde hacen sus trabajos y no quieren ser molestados por la presencias de esposa y niños. Mientras tanto, las mujeres y las muchachas están atareadas en la cabaña-cocina preparando los platos, abrillantando las pieles de los pies o lavando taparrabos. Cuando son lo suficientemente ricos para mantener criados, entonces éstos hacen el  trabajo, mientras ellas hacen visitas o salen a comprar comida fresca.

Tanta gente como hay viviendo en Samoa, vive de este modo en Europa, y quizá incluso más… Cuando uno se siente infeliz en esta vida pedregosa, los demás dicen que no es natural, con lo que dan a entender que él no sabe lo que Dios ha querido que fuera.

Actualmente estas casas se yerguen a menudo unas cerca de otras, en enormes cantidades, ni siquiera separadas por una palmera o un arbusto. Y directamente enfrente, sólo a un tiro de piedra, una segunda fila de canastas aparece. Por consiguiente, entre las dos filas hay apenas una grieta estrecha que los Papalagi llaman calle. Durante días sin fin puedes caminar por estas grietas sin salir a un bosque o ver un poco de cielo azul. Mirando hacia arriba desde estas grietas, difícilmente puedes ver un poco de espacio claro, porque dentro de cada choza arde como mínimo un fuego y la mayor parte del tiempo muchos a la vez. Por eso los firmamentos están siempre llenos de humos y cenizas, como después de una erupción del volcán en Savoii.  Las cenizas llueven sobre las grietas, por eso las canastas de piedra han tomado el color del barro de los pantanos de mangle y la gente tiene hollín negro en el ojo y el pelo, y arena entre los dientes.

A pesar de todo,  los Papalagi caminan entre estas grietas desde la mañana hasta la noche, hay algunos que incluso lo hacen con cierta pasión. Han construido en estas calles enormes cajas de cristal en las que toda clase de cosas están expuestas, cosas que el Papalagi necesita para vivir: taparrabos, pieles para pies y manos, ornamentos para la cabeza, cosas de comer… Estas cosas están expuestas para que  todo el  mundo pueda verlas y además aparecen como muy tentadoras. Pero no se permite a nadie coger nada de allí, aunque lo necesite con urgencia, hasta después de pedir permiso y de hacer un sacrificio.

Hay muchas grietas en las que el peligro acecha por todas partes, porque la gente no sólo camina una contra otra, sino que se embisten también desde dentro de enormes cajas de vidrio que se deslizan en correderas de metal. Hay un ruido tremendo. Nuestras orejas empiezan a silbar a causa de los caballos que golpean el pavimento con sus pezuñas y de la gente que patea con fuerza con sus pieles de los pies; a causa de los niños berreando y de los hombres chillando. Y todos ellos gritan, por alegría o por miedo. Es imposible hacerte oír a menos que grites tú también. ¿Están los Papalagi orgullosos de haber reunido tanta piedra? No lo sé. Los Papalagi son gente con gustos raros.  Sin ninguna razón en especial hacen toda clase de cosas que les ponen enfermos, pero aún se sienten orgullosos de ellas y cantan odas a su propia gloria.

(Tuiavii de Tiavea, jefe samoano.  «Los papalagi»-Los hombres blancos- Integral Editorial).

 

  1. Escribe en una columna la interpretación que dan los samoanos de algunas de nuestras costumbres, en una columna paralela escribe cuál es nuestra interpretación de esos mismos hechos.
  2. Pon algún otro ejemplo de rasgos culturales nuestros que otra cultura podría interpretar como los samoanos.
  3. ¿Crees que esta actividad ayuda a ser autocrítico con la propia cultura? Razona la respuesta.
  4. ¿Crees que es posible el conocimiento objetivo de otras culturas? Explícalo.

 

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